Consumo de pescado en el Mundo

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) trabaja para lograr la seguridad alimentaria para todas las personas, asegurando que tengan acceso regular a una cantidad de alimentos de alta calidad suficiente para vivir vidas activas. El sector de la pesca y la acuicultura contribuye significativamente a la seguridad alimentaria y la nutrición, especialmente en algunas de las regiones del mundo con más limitaciones en alimentos, al tiempo que apoya el sustento de cientos de millones de personas en todo el mundo. Sin embargo, para asegurar estos beneficios para las generaciones presentes y futuras, también debemos garantizar una atención constante al uso sostenible de nuestros valiosos recursos naturales.  

En la historia, la recolección y el consumo de pescados y mariscos se remonta a la antigüedad, mediante antiguas prácticas que se originaron por lo menos hace unos 40.000 años.

Mediante diferentes técnicas arqueológicas se ha permitido demostrar que en el sector que ocupa Asia, se consumía pescado de agua dulce de forma regular. Conchales,​ deshechos de huesos de pescado y pinturas rupestres indican que los alimentos marinos eran importantes para la supervivencia y que se consumían en importantes cantidades. Por lo que se presume que, tanto para las poblaciones nómadas como para las que desarrollaron los primeros asentamientos, la actividad de recolección y pesca, se asociaban como la fuente principal de obtención de alimento.

Según datos estadísticos más de 1.000 millones de personas utilizan como fuente principal de proteína al pescado y a si mismo se plantea, que existe una relación de dependencia del consumo de pescado entre los habitantes de zonas costeras, más que en las zonas continentales. A medida que crece el número de personas que se informan sobre los beneficios de comer pescado, en la industria pesquera se van diversificando las prácticas de acuicultura y las regulaciones para tornarla en un sector más regulado y sostenible. El consumo mundial ha crecido en el último medio siglo un 3% anual. En promedio, cada persona consumió cerca de 20,5 kg de pescado en 2018, más del doble de lo que consumió en 1961 (9 kg), tal como se muestra en el informe bianual de la FAO, referido a la situación de los recursos acuícolas mundiales.

Durante este año, Portugal, Noruega, Japón y España, se encuentran entre los países del mundo que más pescado consumen. Rondando una media de 56 kilos por persona al año en Portugal hasta llegar a España con un consumo de 45 kilos.

Gracias al fenómeno de la movilidad entre países y los procesos migratorios, el pescado se ha convertido en uno de los productos más importantes de la gastronomía y la alimentación. Es gracias a este producto que encontramos famosos platillos en mundo que se tornaron característicos entre las culturas. Como lo son algunos de los más populares a nivel mundial, como el sushi japonés o los frescos ceviches de origen peruano, por mencionar algunos. Al hablar del pescado nos referimos a un ingrediente sumamente versátil, que posee un sinfín de beneficios y nutrientes para la salud, aportando una gran cantidad de vitaminas como la A y D, fósforo, magnesio y selenio, al mismo tiempo que aporta una excelente cantidad de proteína y aceites esenciales al cuerpo.

Es debido a todas estas características mencionadas que, se hace necesaria una buena gestión de los recursos naturales,  que fomente su sostenibilidad a medio y largo plazo, el desarrollo de conocimiento y técnicas de acuicultura que permitan satisfacer la demanda creciente de pescado minimizando el impacto ambiental de estas actividades.

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